¿Somos siempre LAS responsables de no haber garantizado la ESI?
- Noelia B. Vacaflor
- 9 feb 2021
- 2 Min. de lectura
Hace unos días atrás hablábamos por las historias acerca de situaciones de violencia que muchas veces hemos sufrido como mujeres en el ejercicio de nuestra profesión docente. Me quedé pensando bastante en la cuestión...
Siempre que hablamos de la implementación de la ESI nombramos diferentes temáticas a abordar, traemos a cuenta recursos lúdicos, materiales diversos para problematizar, etc.
Pero ¿Qué pasa con lo que nos toca atravesar en tanto docentes? ¿Qué pasa cuando entramos al aula y nos encontramos con alumnos que, dada la socialización de género, nos sexualizan/objetualizan? Dejo para otro momento la relación con pares docentes.
Aquí hablo desde mis experiencias/vivencias y de las que fueron compartiendo: entramos a las aulas (o iniciamos reunión por meet) queriendo hacer nuestro trabajo, hasta que nos topamos con una situación...
Un pibe o varios que "relojean" mientras escribimos en el pizarrón, un par de comentarios murmurados acerca de nuestro aspecto físico o sobre lo que nos "harían", ese estudiante que intenta abrazarte y tocarte la cintura, ese que te dice que te sientes en su 93n3 como contestación rebelde, el que violentó y te agarró del pelo como si fuese una 90rn0, el que tomó una foto y la subió a sus rrss diciendo que eras su novia, etc.
SÍ, TODAS BASADAS EN HECHOS REALES.
Todas situaciones que reconocemos en otros ámbitos como expresiones de VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES. Solo que aquí adquieren otros significados porque es probable que nos reste autoridad como profesionales, que nos deje vulnerables en ocasiones. Y, más de una vez incluso, nos paralice.
¿Permanecemos inmutables? ¿Alguien en la institución tomará la situación para abordar la dimensión de los vínculos en la escuela o la masculinidad, la violencia?
Pienso en una segunda cuestión:
implementar la ESI implica la revisión de nuestra propia sexualidad y vivencias vinculadas. Porque en esta revisión ponemos en cuestionamiento las concepciones sobre la sexualidad que pueden estar atravesando nuestras prácticas, la selección de contenidos, los recursos didácticos.
Sin embargo, también nos pueden estar atravesando vivencias de violencia. ¿Y ahí que hacemos?
Solo me surgen preguntas, porque yo misma no he sabido que hacer en más de una situación de éstas.
¿Cómo revisamos estas cuestiones cuando nos han atravesado situaciones que nos violentan a nosotras mismas y en los mismos grupos con los que deberíamos abordarla?
¿Nos queda sentir culpa por no haber abordado adecuadamente o a tiempo la cuestión?
¿Somos responsables de no haber garantizado la ESI si preferimos pasar por alto alguna de estas situaciones?
Dejo estos interrogantes, seguramente hay muchos más, como para que sigamos el debate y pensar en torno a la pregunta inicial.
Para abordar la cuestión de la Violencia contra las mujeres comparto tres materiales que pueden ser útiles.
1. Poder y violencia sobre el cuerpo de las mujeres, de María Luisa Femenías y Paula Soza Rossi.
3. Educar en igualdad: prevención y erradicación de la violencia de género. Cuadernillo basado en la Ley 27.234.

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